Los Suárez-Espeche le pusieron un matiz particular a una de las categorías más interesantes que tiene el Trasmontaña. Cuatro de los siete integrantes de la familia compitieron y fueron rivales en “Padres e Hijas B / Madres e Hijos B”. Francisco Suárez, junto a María Carolina, y Cecilia Espeche, con Francisco, completaron la carrera y de la mejor manera. “Estaba el objetivo de hacer podio todos. Era lo ideal y se dio”, contó con una amplia sonrisa mamá Cecilia.
La familia tendrá en el álbum una foto soñada para quienes practican mountain bike porque madre e hijo lograron el primer puesto; mientras que papá e hija llegaron quintos, el último escalón del podio en la carrera por duplas. “Habíamos entrenado para algo así, pero eran muchos los factores que había que tener en cuenta. Uno puede romper bici y se acaba la carrera. Tuvimos problemas y perdimos tiempo, pero podría haber sido peor”, relató Francisco padre.
El biker y “Caro” tuvieron que detenerse cinco veces a inflar las ruedas de la máquina de la joven de 16 años lo que generó unos cinco minutos de retraso. De no ser por ello, quizás el puesto era otro. “El objetivo era terminar como sea”, afirmó la biker que consideró el resultado mejor de lo esperado en su primer Trasmontaña. “No esperaba llegar al podio, fue una sorpresa para mí”, reconoció.
Lo que lograron los Suárez-Espeche en la divisional fue un feliz “negocio emocional”, por ponerle una calificación. “El Trasmontaña es una carrera en equipo y este es de cuatro, más grande todavía”, reflexionó el líder de la familia. Con la masiva participación familiar, era muy difícil que se vuelvan sin sonreír hasta San Pablo, donde viven.
Está claro que en ningún momento se vieron como rivales que, de hecho lo eran, pero fue inevitable que durante los meses de preparación no surgiera una que otra competencia interna. “Salíamos a entrenar los cuatro y era muy divertido porque decíamos: ‘a ver quién baja más rápido la calle 15’ o ‘quién sube más rápido’. Pero todo muy tranquilo”, aseguró Francisco hijo. “Estuvo bueno ser rivales”, agregó. “No hubo rivalidad, era un equipo. Si nosotros ganábamos, lo mismo festejábamos”, remarcó papá destacando más todavía las bondades de participar en “Padres e Hijas B / Madres e Hijos B”.
Si bien para Cecilia la perfección de terminar todos en el podio era deseada, la mamá quería sentir más de las pequeñas satisfacciones que le brinda la bicicleta de montaña desde que pedalea. “Correr con un hijo ya es distinto y largar los cuatro juntos fue absolutamente movilizante. Para mí fue muy emotivo llegar y verla a mi hija hacer lo mismo con mi esposo”, contó emocionada “Ceci”.
Junto a Francisco fueron los más veloces de la categoría al unir San Javier con La Sala en 3h48’42”21/100. “Fran” explicó cómo hicieron para lograr la victoria. “Planificamos que en algunas partes, iba a tener que empujarla, en otros sectores íbamos a subir muy despacio y en otros podía tener más fuerza caminando que andando”, describió. Al mismo tiempo que el plan de carrera iba funcionando correctamente, los Suárez-Espeche también se vieron favorecidos por los contratiempos de los rivales. “Corrió la dupla ganadora de 2019 y que es la campeona argentina también”, se refirió a los mendocinos María Laura y Raúl Alfredo Bugarin que finalizaron terceros. “Sabíamos que eran los más fuertes. Cuando empezamos a subir el Alto Maciel, los vi parados y a ella con el pedal en la mano. Así que empezamos a acelerar”, relató Francisco que ya le apunta a otra carrera, esta vez junto a su hermana, para poner el apellido en lo más alto. “Vamos a correr en enero el rally Nocturno en Santa María”, anunció. Y sin dudar, su hermana agregó. “Y el Trasmontaña del año que viene también”, sentenció “Caro”, otra del clan que quiere sostener el “Suárez-Espeche” en la cima.